Categoría: Despertar espiritual
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Energías.
¿Me explico? ¿Qué cosas te hacen bien? ¿Qué lugares te hacen sentir vivo, energizado? ¿Qué ropa te pone de buen humor? ¿Qué música te levanta? ¿Qué alimento te deja, rato más tarde, sintiéndote bien, liviano, nutrido contento? ¿Qué compañías te enriquecen?
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La rueda de la vida.
Son momentos de cambio. Las temperaturas actuales claramente reflejan que estamos en el horno si no cambiamos algo. Nosotros. Cada uno. Para bien. Y no hablo de ecología ni de cambio climático. Hablo de karma, de hacernos los boludos, de silbar mirando para arriba.
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El verdadero ser.
Cada uno de nosotros tiene múltiples personajes: la madre, la maestra, la vecina, la amiga, la consejera, el futbolista, el médico, el padre, desde ya, el deportista, músico, artista, técnico o el rudo, el sensible, el patotero, la histérica que, en sí, no son más que múltiples personajes intentando visibilizar algo más grande, más profundo,…
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Despertar.
Soy de los que cree que el mundo va cambiando lentamente y por eso algunos cambios van pasando desapercibidos, pero estos últimos años son realmente sorprendentes.
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2023.
Presiento que el 2023 va a ser bueno. Para nosotros como humanidad. Tengo fe de que este año, y perdonen la expresión, la mierda nos llegará tan alto que habrá que ponerse de puntitas y replantearnos lo que nos hace ruido, lo que no tiene sentido para nosotros, lo que sentimos que no está bien.…
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Iluminación.
Mi búsqueda de la iluminación, oscila entre los cultos orientales y el servicio de energía eléctrica. Por momentos levito y en otros pelo cables con la pinza a ver dónde catzos se fue la luz que tenía hace minutos.
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Re-contra-toque
Buscaba alguna fotografía para subir, que no fuera blanco y negro, ya que sigo pensando que necesitamos color para el momento que estamos viviendo. Y encontré ésta, una fotografía de hace muchos años, que constantemente vuelvo a cruzar cuando chusmeo el catálogo buscando algo.
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Piedra y agua.
Pienso que hoy estamos viviendo un momento que alterna entre una y otra constantemente, somos piedra y agua alternadamente, por momentos rígidos, constantes, nos comportamos como siempre lo hemos hecho, pero por otros cambiamos, nos adaptamos con soltura, con gracia, bailamos un nuevo baile, nos deslizamos y suavemente recorremos nuestro camino.
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El teléfono descompuesto, los traductores y otros…
Mil quinientos años después me pregunto cómo carajos podía cambiarse el mensaje. Si todos escuchábamos bien y hablábamos bien y no solían ser párrafos filosóficos de ochenta palabras sino alguna oración básica, con sentido y como de diez palabras como mucho.