No estoy teniendo tiempo para revisar las fotografías que traje del viaje a la costa, pero un rápido pantallazo, deja ver líneas, pura línea que moldea el viento, caprichosas y armónicas líneas.

Diagonales, curvas, texturas, planos. Todas dicen algo diferente. Me llenan de preguntas, de intriga, de admiración, de adoración. Tan perfectas y tan frágiles a la vez.

Todas son arena y viento, nada más. Materia moldeable y energía que moldea, digamos.

Como nosotros.

Somos la materia. La arena que mueve el viento en su danza. Nos lleva a mostrar nuevas caras, nuevas formas, nuevas curvas y, cuando nos acostumbramos, vuelve a soplar para cambiar todo otra vez.

Somos materia. Todo nuestro personaje lo es.

No somos el viento. Este no es nuestra mente ni nuestro pensamiento, tampoco lo son los otros ni el gobierno ni tu familia. El viento está más allá, mucho más allá de todo eso.

Y creas en él o no, o intentes resistirte te moldeará.

Por suerte. Porque la perfección de su arte es incomparable e inmejorable.

Los abrazo entre brisas y lluvias, entre nubes y arena, entre nuevas metamorfosis que vaya uno a saber a dónde nos llevan!

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Comentarios

  1. Martín Avatar

    ¿Viaje a la costa? ¿Dónde anduviste? No me digas que por mis pagos…

    1. Na, bahía San Blas.
      Sabes que te avisaría si voy para allá!

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