El amor, el amor que siente cada uno por los suyos, por vos mismo, por la familia, por lo que lo sienta cada uno, es parte del amor divino, es parte del amor que hay que dar, por el que abrirán su alma y su vida y que hace que todo tenga sentido.
Ahora, lo que se les pidió fue eso, si fue eso, el dejar de lado el amor como lo dieron en las reencarnaciones anteriores y encontrar una nueva forma, más general, más abierta y más grande. Un amor más universal, que no se ocupe solo de la familia de uno, de los amigos de uno, del pueblo o el país de uno.
Ya pasó el tiempo del crecimiento individual y, si bien lo harán de esa manera no se llevará a cabo así, el crecimiento individual ahora es por un objetivo más grande, más amplio, más abierto. Uno puede estar bien con lo que está. Eso ya está, check!, listo, y ya.
¿Es que ya está y nos vamos?
No, ya está y empezamos en serio, por eso se los ayudó para que pudieran estar tranquilos, para que no tengan que preocuparse por lo básico, y empiecen a trabajar en lo más grande.
No, esta vez no es el mano a mano, al menos no para todos, no es el mismo juego donde cada uno crece por su lado, esta vez todos crecen para un bien más grande, para elevar una energía, para subir de octava.
Eso queremos que le digas a tu amigo. Que necesitamos que su amor sea más grande, así como el tuyo, el de tu hermano, su esposa o la tuya, el de tu hermana y el de todos. Necesitamos amor más extenso, más sincero, más amplio, abarcativo.
El no amor trae eso, no amor. Y ya no necesitamos no amor. No lo necesitan, ya hay mucho de eso y al nuevo mundo al que van eso no funcionará más.
¿Necesito algo?
No, así preguntado no. Tienes todo lo que necesitas para vivir, el resto puedes ir descubriéndolo lentamente, según resonancia, según tu sentir.
Por ejemplo, las piedras. Todas las piedras tienen energía, las piedras que tienes en tu estudio, las que recogiste en algún momento en algún lugar son especiales, no son meras piedras, y eso es lo que tienes que comprender. No agarras una piedra al azar, agarras una piedra porque te llama, porque te pide que la agarres, que la levantes, que la tomes. Por ende, guíate y afina tu percepción, tu resonancia, resuena con los objetos y así podrás elegirlos.
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