Mensaje que un ser del bosque me pide que les transmita:

\”Durante años nos hemos escondido y hemos intentado esquivar vuestras ofensas, vuestros ataques, no contra la vida en si misma, sino contra la pureza, la riqueza, la vida misma. Durante décadas hemos sobrevivido y fuimos reduciendo nuestros espacios de vida. En todo el mundo, no hablo de un lugar en particular ni una selva o bosque en particular, todos pueden ver lo que tienen cerca y apreciar cómo fue perdiéndose el mundo natural.

Y no, los triunfos, no son más que limosnas a cambio (se refiere a la recuperación de zonas hechas reservas o cosas así). Es importante que empiecen a vernos como pares, como seres que comparten el mundo con ustedes, como seres que hacemos el mundo con ustedes.

Es importante que dejen de vernos como inferiores. Fue amor el ofrecernos como alimento. Fue respetar el lugar y lo que debíamos vivir, nosotros éramos su alimento, ustedes respetaban el nuestro. Equilibrio. Eso se llama equilibrio.

Pero cuando el equilibrio se pierde, la balanza se golpea. Y si, es hora del golpe, lo avisamos muchas veces, muchísimas veces. Y acá va una vez más.

El hombre tiene que aprender a vivir y compartir su hogar con los otros seres que viven en él. El humano tiene que abrir los ojos de su corazón y ver, mirar. No somos estorbo, dañinos, amenaza, mascotas. Los árboles no son un sostén, una materia prima ni las plantas son sólo alimento. La tierra no es la estantería donde ustedes pueden hacer y poner lo que quieran.

Equilibrio.

El equilibrio es una melodía. La vida debería ser una melodía. Pero llevaron a la tierra a ser notas disonantes y agresivas.

¿Por qué? Lo sabemos. ¿Para qué? También.

¿Pero no es ya suficiente? ¿No es momento de empezar a revertir?

No les pedimos que no coman carne, no les pedimos que no construyan casas o hagan papel. Ni siquiera les pedimos que no hagan minería.

Sólo les pedimos, nosotros, los habitantes de bosques, selvas, ríos, aguas en general y de todos los ambientes, los seres materiales y los etéreos, que sean conscientes, más conscientes al momento de vivir.

Que despierten.

Que entiendan que cada acto tiene una consecuencia. En ustedes, en nosotros, en todo.

El niño, la niña, las inundaciones e incendios, los huracanes, los terremotos, los volcanes, los maremotos, no son expresiones ajenas a ustedes. Son reacciones. Pero nos dañan a todos, nos perjudican a todos.

Al venir pactamos la experiencia. Y sabíamos que iba a ser difícil. Pero no imaginábamos que para nuestro mundo los humanos serían los malos malotes, el diablo en la tierra, iluminatti, cabal como quieran llamar a eso que atenta contra la felicidad, a eso que te hunde, te quema, tu miedo mayor. Tu amenaza.

De nuevo, no les pedimos más que consciencia.

Darse cuenta que al caminar en un bosque, caminan en el medio de una gran avenida repleta de seres, mucho más llena de seres que en sus grandes ciudades y donde cada ser vive su vida y tiene su mundo, como ustedes también.

Consciencia. Respeto.

Eso les pedimos\”.

Me mira y me dice: gracias, ese es mi mensaje.

Gracias a vos, respondo.

¿Pero por qué a mi? ¿Qué puedo hacer con esto?¿Publicarlo? ¿Llegará?

No lo sé, calculo que no, imaginamos que no, pero no tenemos otros medios. Lo intentamos. Y no lo hacemos por nosotros, sino por ustedes.

—-

Los abrazo.


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