Aparezco en una loma, no es el prado florido ni el de tomillos. Solo veo una loma enfrente, más gris diría, sin tanto color.

Azho, estás conmigo? Si, estoy, me responde.

Vamos?, me dice.

Y caminamos para adelante, como subiendo la loma. Esta reseca, como si hubiera pasado algo, no hay plantas vivas o al menos no están sanas, todo muy gris, qué pasa Azho? Qué pasó? La plaga, fue la plaga.

Igualmente, siento que ante nuestros pasos, el suelo reverdece y reflorece, pero no logramos que quede así, se apaga a medida que nos vamos alejando, es decir, queda detrás nuestro pero se apaga poco después.

¿Por qué nuestros pasos no dejan todo reverdecido? Porque no sos tan fuerte aún, pero está bien, es así. Ya irá creciendo tu energía., tu fuerza para crear.

Al llegar a la punta de la loma no veo nada, siento que aún no se me aclara la visión, así que aprovecho para hacerle la pregunta que tengo desde ayer.

¿Azho?, ¿si? ¿Está bien que publique tu nombre o el de Aitiuh en las cosas que publico? Si, no pasa nada, son nombres, son solo nombres terrestres que tenemos para que nos puedas llamar.

Gracias. ¿Esperamos acá?

Si, así es.

Desde arriba viene Aitiuh, Diría que viene de su nave, pero no sé cuánto de esto que digo es mío y cuánto he visto. ¿Es mío? No. Llega y aparece parada junto a nosotros, azul, bella, estilizada, más galáctica que nunca.

¿Te preguntarás por qué te traje aquí, no? Desde ya, pero estoy preparado para algún aprendizaje o enseñanza. Bien.

¿Mirá para adelante, qué ves? Sinceramente, es una mezcla entre neblina profunda y lomas de tomillo quemadas, comidas, grises más bien, no quemadas. Que se extiende a lo lejos. No veo poblado casa ni nada. Solo una loma de tierra yerma y sin vida.

Bien. Eso es, así era. Así fue. La idea es reverdecerlo. Devolverle la vida.

¿Es mío eso? No. Soy yo. Lo haremos parados.

¿Con el cardíaco? No, con todo el ser. Imaginá, visualizá y andá verdeando y floreciendo todo, andá generando árboles y vida.

¿Cómo? Desealo, visualizalo, sentilo, olelo.

Lentamente y sí, como dijo ella, a nuestros pies empezó a transformarse. Y no, no era solo el deseo, era el ser entero, el que genera esto no es solo mi cardíaco, no, todo el ser vibra, todo el ser siente ese movimiento y genera genera el paisaje verde, las montañas, los árboles..

Pero si me distraigo vuelve lo anterior, puedo visualizarlo, pero no puedo mantenerlo.

Bien, eso es lo típico, me dice, así es de entrada.

Ya podés visualizar, pero te falta hacerlo efectivo.

Estás visualizando, no cocreando aún.

Pero ahí vamos.

Decretalo.

Con palabras.

Si, como si fueran órdenes.

Con un “quiero” adelante? Probá.

“Quiero que todo lo que veo acá tome vida y esté vivo”, digo absolutamente convencido.

Y no, no pasó nada, menos aún que antes.

Volvé a probar, reverdecelo, dale vida en tu visualización y ahí decretalo.

Me concentro, doy vida a las lomas, una a una. A mi alrededor, a lo lejos, veo la vida, veo pasto flores y árboles, veo el cielo azul nuevamente, siento la temperatura de primavera y una brisa suave bella, agradable. Y cuando termino digo” Hecho está, hecho está, hecho está”.

Pero rápidamente vuelve a el mundo gris.

No sé muy bien cómo hacerlo Aitiuh, ¿me das una mano?

Dale, tiene que ser lo suficientemente fuerte como para que creas en eso. Estas creyendo que la palabra lo afirma y lo ancla, pero no es la palabra. No, tampoco es un rito o una plegaria, no es magia, es tu mente, aunque no lo creas, la que tiene que jugar en consonancia con tu corazón.

Cocrear es juntar ambos, no anular uno o el otro como hacés en tu vida cotidiana.

Necesitamos la mente, pero a nuestro favor, no al suyo.

Hace un ratito la mandaste a guardar hasta que terminaras este encuentro, llamala de nuevo porfa y decile que interactúe, pero no para lo que ella quiera, sino que busque la forma de anclar una visualización. ¿Qué te respondería?

Que tengo que creerlo yo primero.

Bien, ¿y como podes hacer eso? ¿Fe? No. Simplemente saber que sos el hacedor. Que sos quien generó la visualización. Vos llegaste a un campo gris. También podrías haber llegado al campo verde. Fue tu ser el que generó eso.

Vos creés que somos nosotros los que te llevamos por mundos pero no, sos vos el que lo genera, no tu mente del día a día, sino otra parte tuya más profunda, la que te quiere enseñar todo esto. ¿Azho? Exacto.

No entiendo, ¿pero yo puedo pedirle a Azho? Si, podrías pero no, no es así, es trabajar en conjunto con tu yo superior, es empezar a juntarse, dejar la división atrás.

Entiendo. Azho sonríe a un costado.

Aitiuh, ¿cómo hago para fundirme con mi yo superior, como hago para unirme a él?

Invitándolo a estar en ti, invitándote a estar en él. Llevando tu consciencia al todo que son. Saliendo de tu pequeño cuerpo mortal o tu pequeño cuerpo visualizado al lado mío.

Ahí tuve una visión, del concepto. ¿Puedo? Si, desde ya, dice sonriendo.

Sin comprender como, empiezo a crecer, no el cuerpo, no veo el cuerpo, empiezo a ver todo desde arriba, los campos, a lo lejos, grises, los reverdezco, lentamente, parejo, cuidadosamente, generando cada planta, cada flor, cada árbol. Voy más allá y pongo cercas y vaquitas, y sí, me puse un poco naive, pero me divierte. El cielo azul, las nubes blancas.

No estoy dentro, si bien veo los cuerpos abajo, no estoy ahí, estoy más allá de eso…

Azho, como lo fijo?

Deseándolo.

Afirmándolo.

Esta hecho. Ahora hay vida.

Bajo hasta donde está Aitiuh. Todo quedó con vida, aunque por momentos vuelven algunos pequeños flashes del mundo gris.

Vuelvo a intentarlo, pero esta vez empujando desde el cardíaco, me agrando y me paso de largo, y veo el mundo entero y todo el mundo cobra vida. La visión es un poco exagerada. Pero salió con potencia esta vez.

Aitiuh? Si, así es.

Gracias.

Gracias a vos y a Azho.

No son uno?, me dice guiñando el ojo.

Bien, sentémonos en la hierba bajo este árbol y ahora hacelo con vos. Con tu cuerpo (largo el teclado y lo hago con mi cuerpo sentado en el estudio de casa frente a la ventana).

¿Aitiuh? ¿si? Creo que lo limpié entero a mi cuerpo, ¿pero no sé cómo puedo limpiar su pensamiento como hago eso? ¿Cómo hago para limpiar su creencia de enfermedad?

Es un doble juego, necesitás que te crea, necesitás creerlo. Andá por adentro ahora, haciéndolo de nuevo. Ya estás ahí. Ya está curado. Hace rato que lo estás. Solo te falta creerlo a vos.

Volvamos.

Cocrear es eso, es generar tu futuro, pero no desde vos, no desde tu cardíaco, sino desde tu ser entero, uniéndote con tu yo superior en la totalidad.

¿Pero eso lo puedo hacer en el día a día también? ¿En el mundo físico? Si, te llevará un tiempo pero sí. Se puede hacer.

Todo se puede hacer si salís desde un lugar de relajación y conexión, si tenés una buena comunicación con tu mente y con tu cuerpo. De ahí viene la idea de relacionarte bien con ellos, de sentir, de meditar para que la mente no se vuele, de cuidar todos los parámetros que puedas cuidar, para que jueguen el mismo juego, vayan en la misma línea y no con dominancias como lo hacen (lo hacés) habitualmente.

Es común que vayan por ahí siendo una mente gigante con un cuerpo dominado o un cuerpo descomunal con una mente ínfima, equilibrio significa exactamente eso, cada parte juega su rol y todos trabajan en conjunto, no en detrimento del otro, no quemando al otro o a la otra parte.

Es difícil hacerlo dentro de uno imaginate como sociedad, como pueblo.

Entiendo. ¿Pero me intriga, de dónde viene ésta separación? ¿Cuándo empezó? ¿Por qué?

Diferenciación. Poder Como todo, fue despacio, lentamente, ni se notó. Por momentos se felicitó a quienes pudieran usar mucho la mente, ya que encontraban soluciones o dominancias en los otros, pero se pasó de largo, entonces hubo que entrenar mentes mucho más eficientes que las de otros y así, se fue creciendo al punto de pasarse de rosca. Y en un momento el físico se cansó y también empezó a crecer, fortalecerse y fortificarse, entonces, podría decirte, ese es el origen de las guerras. Ideas equivocadas que utilizan los físicos para sus fines y físicos que se agrandan para extirpar los cuerpos que tienen esas ideas. ¿Se entiende?

Las guerras no son más que ideas de unos pocos que se hacen sangre en otros que realmente no terminan de entender de qué va la cosa. Al menos no de qué va realmente.

Bien, vos y muchísimos otros, vinieron a dar vuelta eso.

A encontrar el equilibrio, a encontrar la pureza, a encontrar el centro y transmitirlo, contagiarlo, expandirlo. Y sí, no es tarea simple, no es tarea fácil y, muy posiblemente, no sea tarea posible, sentirás por momentos. Porque esta transiciones son muy largas, muy lentas, llevan más de una vida, pero se está haciendo y se hará.

Gracias.

Creo que está bien por hoy.

Si Aitiuh, gracias. Gracias.


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