Recién, veía una persona creando toda una foto con Inteligencia Artificial, a partir de una toma simple (que podría haberle pedido a la inteligencia artificial también). Y me quedé pensando por qué me hace tanto ruido todo esto de la IA.

Y la primera opción, desde ya, es por mi edad. Viniendo de una era donde no existía todo esto, el cambio siempre se hace difícil de aceptar. Pero siento que no viene por ahí lo que me jode.

Y, mirando fotografías al azar dentro de mi catálogo comprendí que:
1. No creo que ningún conjunto de algoritmos llegue a ver y crear gran parte de lo que vi y fotografié en estos últimos 17 años. No al menos hasta que me afanó las fotos y las puso a disposición del algoritmo.
2. Las más de cien mil fotografías en mi catálogo fueron momentos vividos, lugares caminados, aventuras compartidas, emociones explosivas por momentos, deprimentes en otros. Cada foto que veo me dispara el momento, la sensación, el lugar, la compañía.

Entonces, pienso para qué se crea algo que puede reproducir imágenes desde un gran archivo (al igual que un texto, que es donde más se lo está usando).

Y lo único que me resuena, es que son las fotos feas para las cosas feas del día a día. Es decir, si voy a comprar un mueble armable (léase pedorro, chino, Ikea y esas cosas), que desde ya compro porque no me da el cuero para uno bueno, tradicional, artesanal y todo eso, es lógico que busque una foto de ese mueble en una ambientación apropiada. Tons, que mejor para eso que una foto hecha con IA (Ikea fue de los primeros que uso las fotografías hechas con IA para sus catálogos). Me cierra, para un mueble sin alma que mejor que una foto sin alma.

Y con los textos veo algo parecido, si me piden una monografía de treinta hojas que a nadie le interesa que mejor que la llene una compu y ya. Todos los resultados que he visto, son de cosas aburridas, predecibles o burocráticas, que satisfacen pedidos innecesarios y sin sentido.

Pero lo que más me cuadra, es que es totalmente razonable que haya una resolución artificial de problemas para una vida artificial. En un mundo donde lo que vale son los resultados y no el proceso, nada mejor que algo que resuelva el recorrido.

¿Qué hubiera sido de mi peregrinaje sin el caminar durante treinta y cinco días? ¿Qué hubiera sido de mi carrera sin tantas noches sin dormir y tantas volcadas de café luego de la entrega? ¿Qué hubiera sido de tu vida sin el parto de tu hijo, sin el agotamiento del laburo que finalmente dejaste, sin los bellos u horrorosos años de escuela y todo eso? ¿Cómo serían tus vacaciones si sólo importan las fotos que llevás de vuelta o mandás constantemente?

¿Qué de los olores? ¿Y los sonidos? ¿Y si en el próximo viaje dedicás un día a que pase algo que no esperabas? ¿Y si te perdés de ver aquello que \”tenés\” que ver? Ahí, quizás, veas otra cosa.

Y dentro de este mundo extraño recién ahora, 35 años después, valoro una frase del director creativo de la agencia donde laburaba, al decirme que no le gustaba la compu porque le quitaba la posibilidad de equivocarse, de descubrir algo de forma casual.

Esto es casi lo mismo.

Calculo que no entiendo qué es la inteligencia artificial, pero hoy por hoy prefiero que siga el camino paralelo al mío, ya que las fotos que hace son para clientes que ya no valoraban nuestras fotos, los textos que escribe no son de temas que leo ni que me interese leer y la música que compone no es la que mueve mi alma.

Los abrazo.
Yo, así, repleto de carne, hueso e imperfecciones.


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