Y la navidad nos encontró con barbijo, nomás.

Agradezco haber tenido una casa en el 2020.

Agradezco haberlo compartido con mi familia y que todos estuvieran bien.

Agradezco haber podido hablar con el resto de mi familia y que, también, hayan tenido salud.

Agradezco haber podido comer cada día (aunque quizás me excedí un poco en este punto).

Agradezco haber podido salir a caminar o a ejercitarme casi todos los días.

Agradezco haber contado con luz eléctrica para trabajar desde casa o entretenerme, para poder mantener la casa en una temperatura agradable, para poder disponer de agua ya que mi suministro depende de la electricidad.

Agradezco haber tenido gas para calentar el agua, la comida y la casa.

Agradezco infintamente el agua que sale de las canillas, sé que es algo básico, pero en cada ducha no puedo parar de agradecer este lujo.

Agradezco haber tenido servicio de internet para poder comunicarme con familiares y amigos y ver televisión a veces.

Agradezco haberme quedado sin trabajo ya que me enseñó a buscarle la vuelta por otro lado, lo que, si todo va bien, se sumará al anterior en algún momento.

Agradezco haber tenido las herramientas para ampliar mi expresión artística por caminos que no había investigado.

Agradezco haber tenido ropa suficiente para vestirme y abrigarme todo el año.

Agradezco haber tenido una cama en la que descansar.

Agradezco haber tenido cinco almohadas viejas para ir cambiando mientras mis cervicales se petrificaban.

Agradezco al universo que fue proveyendo cada vez que estaba por tocar fondo, de una forma u otra nunca me dejó llegar a cero en la cuenta.

Agradezco infinitamente a los que me ayudaron por su generosidad.

Agradezco también a los clientes que a pesar de la poca venta pudieron pagarme.

Agradezco que siga existiendo una festividad como la Navidad en la que, creamos o no en Jesús, en Papá Noel o en Coca Cola, paremos un poquito la marcha y pensemos en algo que termina y en un nuevo comienzo.

Agradezco, desde ya también que se haya dividido el tiempo en años exactamente por lo mismo, por que me deja imaginar que todo puede modificarse de un día para el otro, o al menos poner energía ahí para arrancar diferente. El nuevo año es como un gran lunes donde puedo intentar adoptar hábitos nuevos, como quien dice.

Agradezco haber vivido este 2020 porque me ayudó a valorar muchas cosas que, quizás, había dado por obvias, suponiendo que siempre estarían ahí. Pero no solo la reunión con amigos o uno de los tantos abrazos diarios que dábamos y no valorábamos, sino cosas más simples como la charla casual en un bar o en una cola con un ser humano que no pertenece a mi familia inmediata.

Sé que el 2020 fue un año horroroso para muchos y detestable para otros. Sabemos que posiblemente el 2021 siga un camino parecido. Pero creo que si cada día valoráramos realmente la bendición de tener una rodaja de pan en el desayuno o el agua caliente cayendo de la ducha, podríamos atenuar un poco tanta incertidumbre.

De todo corazón, quiero desearles una muy Feliz Navidad, que aunque seamos poquitos en cada casa podamos vivirla en paz y compartiendo la mesa y tantas bendiciones.

No sé si volveré a publicar algo antes de fin de año, pero por si no lo hago, quiero también desearles un 2021 al que podamos entender, aceptar y adaptarnos mucho mejor.

Salud.

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Comentarios

  1. Yo agradezco tener gente como vos en mi vida. Sé que nuestro contacto es en dosis homeopáticas, pero eso no me molesta, lo veo como un aspecto más de la distancia. Sin forzar con WhatsApp ni afines, a la antigua. Te leo, Leo, pienso en las cosas que decís y te doy mucha bola. Gracias por estar ahí.

    1. Gracias. Por estar, por leer y por decirlo. Abrazo y felicidades.

  2. Lo más positivo que he escuchado este año.
    Te felicito!!!

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