\"\" Hoy leía acerca del tercer lugar y lo sentí como un concepto interesante.

Considerando que nuestro primer lugar es casa y el segundo el trabajo, el tercer lugar es el bar, McDonalds o lo que toque para crear, dispersarse, encontrarse con la musa (no la muzza) o lo que fuera que necesitemos para cambiar lo cotidiano y crear.
Dicen que lentamente se está perdiendo este concepto, no solo en los creativos sino también para juntarse con amigos simplemente. En el pueblo donde vivo, directamente no existe el concepto bar he visto inaugurarse y cerrarse decenas de ellos. Sólo uno quedó y suele estar vacío. Y en el pueblo vecino, con muchísima más gente, se encuentra poco, muy poco.
Pienso en España o en Buenos Aires mismo, la vida de bar es mucho más común. Y aunque en estos tiempos ya no es siempre el mismo sitio donde encontramos los mismos personajes (esto es algo que sigue viéndose pero cada vez menos) yo creo que ese tercer lugar, sea el que fuera, tiene un lugar importante en mi vida. Es un “afuera” que me permite tener otros contactos, donde puedo ver la vida pasar, donde se deja ver lo extraordinario, lo diferente, el acento, la marca, no sé, siento que es un lugar donde descubro miradas entre personas, gestos, bolsas, ropas, vida o cosas que suceden y estas cosas que pasan son las que disparan pensamientos, ideas, creaciones, fotos o simplemente una forma diferente de ver la vida.\"\"

Hace pocos meses, con el cambio de nuestras mañanas, armé en casa el lugar para escribir con mi té del desayuno que, coincidentemente, es el mismo lugar donde trabajo a diario, sólo que me siento en otro asiento y con otra vista. El lugar es idílico, la vista inmejorable, pero me doy cuenta que ahí puedo llegar hasta ciertos lugares, hacer ciertos planes y lograr ciertos descubrimientos. Si no salgo al mundo real no termino de armar la idea, no salgo de la caja cotidiana, de lo mismo de siempre. No logro romper el molde. Por eso, creo, que es importante este tercer lugar, donde encontrarse con uno mismo y con el resto del mundo.


Comentarios

  1. Marta Fernandez Ridano Avatar
    Marta Fernandez Ridano

    Voto por el tercer lugar! Hace varios años que lo practico. Antes era con papel y lápiz, escribiendo o haciendo bocetos, luego fue a leer el diario que en España lo encontré en todos los bares y ahora es con un libro.
    El contacto con gente conocida, el cambio de opiniones, el sentir formar parte de la comunidad enriquece, de alguna manera, nuestra existencia.

  2. Andrés Cabibbo Avatar
    Andrés Cabibbo

    Excelente artículo, Leo. Es necesario ese tercer lugar. Creo que (en lo personal) ese lugar puede estar ambientado con buena música inspiradora, alguna buena taza de café y dejar que fluyan las ideas. O no, también el tercer lugar pueda servir para relajar.

    1. De una, amigo. Abrazote!

  3. Es verdad Uka. Y vaya que allá está plagado de lugares! Disfrutalos!

  4. Absolutamente de acuerdo Leo. Acabo de suscribirme a tu post y ya llevo vistas fotografías fabulosas. Ahora leo esto y encuentro esa coincidencia espiritual de quienes necesitamos de esos espacios como del aire. En Córdoba por suerte siguen existiendo aunque hay que rebuscar entre las calles para encontrar aquellos que no amontonen unas mesas junto a otras y pongan música tan fuerte que hace imposible cualquier inspiración o conversación entre los concurrentes. No sé vos (seguro que sí) pero nada como las mesas junto a la ventana que dejan ver cómo pasa la vida. Para preguntarse cosas, para pensar, para filosofar cotidianeidades…

    1. Hola Ruth!
      Es verdad, en primer lugar están las de las ventanas, en segundo, las que te cubren las espaldas. Aunque lo mejor, es la esquina con la espalda contra la pared y la ventana a un costado. Esa, no tiene precio!
      Bienvenida!

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