De miedos y odios.

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De miedos y odios.

Esta es la primera publicación, que haré pública, de mis charlas matutinas. La intención es, en realidad, que yo mismo pueda releerlas tranquilo en otro momento, ya que al escribirlas muchas veces no soy del todo consciente de lo que tipeo. Pero pensé, y me sugirieron, que quizás podrían servir para otros, por eso lo hago de esta manera, aunque no esté, todavía, del todo convencido de esto, de usar estas plataformas para algo así.

Igual acá voy.

Solo por si a alguno le intriga, cuento que luego de subir un poco la energía y conectarme, visualizo una puerta con los colores de la llama trina, la paso, subo por un camino blanco de luz hasta unas rejas siempre abiertas por las que entro un jardín donde me siento, en un banco de piedra, sin respaldo, que está entre árboles inmensos. Lentamente veo venir a mis guías, generalmente se ponen todos frente a mi, a unos cuatro o cinco metros y ahí se quedan, callados como siluetas. Hay días que alguno, generalmente femenino, viene a abrazarme, si estoy medio bajón o puede ser otro, uno más joven que viene a hablarme y se sienta al lado mío para eso. Otras veces son simplemente voces que me llegan, que me hablan, sin visualización.

Esto fue lo de hoy.

Buenos días bellos. Buenos días, me responden.

Hay algo que quieran decirme hoy? Si, ¿querés anotar primero lo otro primero? Si, ahí lo hago rápido. Hice un pequeño focusing al colon, y salió la palabra retención, retención con dolor. No si es del todo exacto, sobre todo lo del dolor, no es dolor físico, es dolor de dejar partir, de que termine algo. Pero como vi que me bajaba la conexión volví. Le pregunto a los guías, que es lo que no estoy queriendo soltar, dejar ir. Hoy me levanté pensando en las redes, en todo un mundo virtual vacío y todo eso, no se si viene por ahí.

Si, el vaciado es tan grande que cuesta, cuesta liberarlo para que sea sin control. Pero quedate tranquilo que no es sin control. Ni es tuyo solo, ni es por algo que hayas hecho mal. No, es general. El vaciado sí es individual de cada uno y hay que dejar ir cosas, momentos, memorias, hábitos, costumbres y sí, al punto en que puede que te cueste encontrarte ahí.

Eso es lo que tu colon, de alguna manera, representa físicamente, tu resistencia a soltar cosas.

¿Que qué son estas cosas? Todo lo que ya no sirve, todo lo que ya no nutre, todo lo que ya no suma.

Puede que hoy no lo notes, pero si hacés una lista de todo lo que soltaste te darás cuenta de que fue mucho, mucho más de lo que imaginás. Por eso el cuerpo hace una forma de resistencia, para que no sea tan de golpe, para que no te vacíes.

¿Pero eso está bien? ¿Me hace bien? Siempre te decimos que no hay bien o mal. Es así y por eso es así.

Lentamente irás liberando y también se irá liberando la oclusión. Esa es la palabra.

Hoy me levanté pensando en las votaciones estas con esa mezcla de miedo y odio y también en las redes, como lugares vacíos que nos llenan la cabeza de cosas, vi de un salto como cambió el mundo o como cambié yo en el mundo.

Sentí que debía dejar las redes, cambiar la forma de interactuar con ellas, pero si lo hago tengo miedo de no comunicar, como siento que se me pidió y ahí, entro en duda si realmente se me pidió eso. ¿Pueden darme una mano por ahí? ¿Estoy haciendo algo mal? ¿Debería comunicar otra cosa?

Las redes son un canal y sí, tienen algo de vida propia, pero todo sistema de comunicación la tendrá. Te cansaste de ver situaciones parecidas, manejos, miedos, odios, te hizo ruido encontrarte con tanto manejo, tanta mentira. Pero vos lo estás viendo desde el punto del comunicador. Y no es ese el lugar desde donde lo ve la gente.

Hay un mundo real ahí afuera. Y tanto vos como los que te leen, tienen que buscar el equilibrio, tienen que aprender a hamacarse entre uno y el otro, aprender a creer en lo que resuena y lo que no, en lo que creen y lo que no.

Ente tu mundo interior y tu mundo exterior hay un abismo. O no. Sólo vos sabés cuán abismal es eso. Sólo vos creás esa separación. Entre tu vida privada y tu vida social, en este caso las redes, ahí también puede haberlo o no.

Y el problema no son las redes, sino que sepas por qué estás ahí. Para qué estás ahí.

El problema no es estar en la Matrix, sino el saber jugar en ella. El estar no significa dejar que las olas te golpeen y decidan por vos, estar ahí significa elegir qué olas te transportan a dónde querés ir.

La pregunta no es si debes o no debes estar, si tenés o no que comunicar. Sino si te dejás balancear o no, si decidís salir a jugar el juego eligiendo tus cartas.

¿Me peguntás si sos comunicador? Si. Lo sos. Y lo sabes.

¿Me preguntás si lo que tenes que comunicar es sobre lo que sentís estos días? Si, exacto, ese es tu fuerte.

¿Me preguntas si las redes son el medio? Si, también. Todos son los medios. No hay mejor o peor. Todo lo que comunique sirve, todo lo que comunique ayuda.

¿Que qué opino del miedo o el odio? Si, sé que te referís a política. Que ninguno es la respuesta, que ninguno es el camino, que ninguno es la excusa ni el motivo.

Pero esto ya lo sabés.

Ahora, ¿qué podés hacer con eso? Esperar. Todo se decanta. Mostralo si querés, pero no pasará nada, estáis acostumbrados al amor y al odio como forma de decisión, pero realmente en este mundo de hoy se basan en el miedo y el odio.

Hace años ya que lo hacen así. Las decisiones que toma una madre, que deberían ser por amor, son más por miedo a lo que pueda pasar o vos, en tu casa, en tu gente, ¿cuántas decisiones toman más por miedo que por amor? ¿Cuántas reacciones son más por odio o miedo, que por amor?

Es difícil que voten por amor, es casi imposible, diría.

Por eso las campañas se basan en eso, se basan en el básico de la gente, en lo instintivo, en la supervivencia. Saben que si apelaran al sentido común o la racionalidad necesitarían más esfuerzo pero, ¿hace falta? No, no hace falta, es más fácil dormirlos, asustarlos.

¿Qué hacés vos con esto? Escribilo, quizás lentamente haya gente que se interese, que se sienta atraída o que le sirva.

El equilibrio, siempre la respuesta es el equilibrio y si no lo hay, el punto medio. Y si no se puede ninguno de esos, lo que no dañe y si se pudiera, mejor será lo que ayude, lo que ilumine, lo que ame, lo que contagie amor!

Porque siempre hay elección, porque siempre hay alternativas.

Vos lo sabés. Y ellos lo saben, pero temen elegir, por miedo a equivocarse, pero la equivocación es el miedo que tienen, no el elegir.

Y vos también. Leelo, pensalo.



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