Viene mi guía a visitarme luego de un tiempo, la miro, es el amor de Dios, el verdadero amor. Ese amor que se puede describir como paz inmensa, como suave, como el silencio, como presencia, como consciencia, como quietud, como brillo, como luz, como rosa claro, como día de primavera, como un momento sin brisa…
Vine a responderte tu pregunta, así que hazla, por favor.
No tengo claro, Aitiuh, cuál es mi miedo, ¿qué es lo que me tiene en estrés constante, en aceleración, en un VATA alterado, es así eso? ¿Hay algo que no esté viendo?
Si, hay mucho que no ves, pero es el juego de la vida en la tierra. Tu ansiedad es por querer comprender cuánto de todo esto es real, cuánto de todo aquello es imaginario, y si bien una parte tuya lo comprende perfectamente la parte racional no lo aprueba o teme o anuncia catástrofes. Tu miedo es no estar haciendo las cosas bien pero es que no hay forma de hacerlas bien, se hacen las cosas y se siente. Y se aprende. Y se experimenta con lo aprendido.
Ahí es donde la ciencia te da algo que puede servirte, un método, no sus resultados, sino el método. ¿Qué puedes hacer en esta vida? Vivirla. Cada elección es un camino y no hay correcto o incorrecto, es un camino.
No existe una meta prefijada o un camino a seguir que es el correcto y por los otros te equivocas. Imagina un árbol de la vida, empieza en el tronco y vas eligiendo caminos y ramas para llegar a diferentes puntos que hoy no sabemos todavía cuáles son. No hay más que elecciones, según el momento y la conciencia.
Piensa en tu pasado, vuelve a momentos en que has tenido que tomar una decisión y lo hiciste, ¿qué hubiera pasado para el otro lado? Otra cosa, simplemente eso.
La vida es una experiencia a vivir, no un examen a aprobar. Lo importante no son las notas, sino el camino.
Esto es igual. No hay destino. O más bien, destino hay solo uno y llegarás ahí si o si.
Tu miedo se disipará cuando comprendas que todos los caminos son el camino.
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