Un elemental del bosque apareció en medio de otra charla y me pidió hablar:

“Como bosque, estamos resistiendo al avance de la civilización, de los problemas que lleva esta, de lo que hacen. Y si bien nos encanta alojarlos, recibirlos, darles cobijo, se está poniendo en riesgo nuestro bienestar.

Se que no podemos pedirles a los humanos comprensión.

Sabemos, como bosque mismo, que nuestros días están contados.

Pero sí apelamos a los serse sensibles, a los seres sintientes, para que difundan, difundan la palabra de respeto que necesitamos. No pedimos más, solo respeto.

Respeto no es no caminar, respeto no es no visitar o no utilizar nuestros recursos. Respeto es exactamente eso. Tratar al bosque como tratarías a alguien que querés. Como tratarías a tu pareja, a tu hija o hijo, a tu mascota adorada.

El bosque es un organismo más grande de lo que crees, más amplio y variado de lo que imaginas. El bosque abastece kilómetros más allá de sus límites. El bosque guarda agua, el bosque guarda vida, el bosque guarda aire.

Y su aire, su agua, su vida, la que ustedes tienen en el valle en que viven viene del bosque, vive en el bosque, se purifica en el bosque.

Es importante que valoren lo que tienen.

El bosque es algo para hacer (formar, construir), no para evitar, no para sacar. Y si bien los árboles aislados no son bosque, si son una forma de amortiguar la desertificación.

Pedimos respeto. Solo respeto, no mucho más.

Pedimos consciencia.

Gracias.”


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