Buenos días!
Antes de arrancar la entrada quería contarles que a partir de ahora, la actualización de fotos la haré en la Galería de Ultimas fotos ya que no he encontrado una forma agradable de poner dentro de una entrada todo lo que he ido fotografiando, sobre todo cuando son meses muy productivos. Esta vez les puse el link en la entrada y calculo que en adelante también lo haré, pero sepan que pueden llegar a él tocando arriba en el menú de \”las fotos\” y ahí estará, primerito de todo, el menú que los lleva a la página de Ultimas fotos.
Bueno, yendo al asunto que nos ocupa, les cuento que agosto arrancó impresionante. Siguió la línea de los dos meses anteriores con un invierno frío y horroroso para vivirlo, pero divino para la fotografía. En los años anteriores, dedicaba el invierno a fotografiar cóndores o águilas moras en la estepa. Pero habiéndome quedado sin la posibilidad (bah, sin equipo) para fotografiar aves como se debe esta temporada tuve que dedicarme a otra cosa. Y qué especies lucen en invierno, cuando todo se pone húmedo, frío, sombrío? Los musgos y los helechos, es por eso que me puse a jugar un poco con estos últimos y el motivo por el que encontrarán unos cuantos en la galería del mes y en la apertura de esta entrada. La primera salida interesante del mes, justamente, fue a la cascada del Pedregoso, buscando ciertas especies esquivas de helechos para retratar. Mi impresionante guía helechístico y amigo Félix Vidoz, me adelantó que íbamos a mojarnos sí o sí ya que necesitaríamos vadear el arroyo unas cuantas veces. Pleno invierno. Temperaturas que no suben de cuatro grados. Bosque cerrado. ¿Y yo vadeando arroyos? Este es un comentario para que anoten aquellos que piensan que uno vive de vacaciones… Inventé entonces un equipo de vadeo que consta de unas medias largas de lana, medias de esquí (son dobles), las botas de cordura que ya estuvieron vadeando por un día durante aquella lejana exploración del río Villegas, el trípode para apoyarme y arriba abrigo en serio. Y así fue nomás. No tardamos más de una hora de estar mojado hasta las pelotas. Literal, pero impresionado de que hubiera tanta variedad de especies y lo interesantes que son. Fue en uno de esos horrorosamente helados cruces cuando me encontré con una vista de la cascada que nunca antes había notado (porque nunca había metido las patitas en el agua, desde ya) y que me encantó.
Días más tarde fui a reponer mercadería a Villa La Angostura y San Martín de los Andes. Este año no podía ser de otra manera, así que el mismo día en que debía partir, cayó una nevada de aquellas. Luego de mi experiencia invernal anterior, esto fue un juego de niños y, por suerte, ya que la densa nevada solo embelleció el camino hacia San Martín de los Andes. Nunca había recorrido la ruta de los siete lagos con nieve y debo admitir que es bellísima también en invierno. Un lujo verdaderamente, ya que estaba todo absolutamente blanco salvo la ruta en sí que estaba perfectamente transitable, sin un pequeño hielito en ningún lado, así que no había riesgo en la conducción pero si toda la belleza.
Bueno, espero que disfruten de las fotografías en la galería. Sé que no es lo mismo que ponerlas acá, pero me pareció que abría la posibilidad de poner más que en una entrada y se verían mejor.
Abrazo.
por Leo F. Ridano en Patagonia Argentina Photo https://ift.tt/2D4llFo
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