Siento que la cascada da agua, vida, energía, movimiento y el agujero toma, aspira, desagota.
Como que hay un movimiento mágico en esta foto. Un movimiento implícito más allá de lo que se ve o lo que la básica lógica diga.
El mundo, en sí, es parte de este juego, el de dar y tomar.
Hace mucho tiempo ya me dijeron, que si quería tomar algo nuevo tenía que soltar lo que estuviera agarrando con esa mano.
Y hoy comprendo que si quiero aprender algo, muchas veces tengo que dejar ir otra cosa. Uno creería que el saber no ocupa lugar, pero no siempre es así. Al menos, en esos casos en que el saber responde a una creencia que traigo desde hace tiempo y que el nuevo saber contradice.
Los dos saberes no entran. Por más que lo intente, se golpean entre sí, como ser católico que reencarna, un vegetariano come carne y cosas así, por ir a lo básico y directo.
Vaciarse.
De ahí viene el vaciarse.
Cuesta pero se hace de a poco. Dejando cosas. Haciendo espacio.
Los abrazo
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