Mucho tiempo sin escribir. Demasiado quizás. Y el principal motivo del alejamiento no fue solamente una cuestión de falta de tiempo, sino una cuestión de falta de tema. Así como la fotografía me desbordó durante años, de golpe, como de la nada, se me fue, perdió el sentido, se quedó, más bien, vacía en sí misma. Nunca fui de mirar demasiadas fotografías ajenas, principalmente porque siento que eso hace que nuestro arte deje de ser nuestro por momentos para convertirse en “copias de”. Muchas veces con el solo fin de “ver si puedo hacer algo parecido a esto que me gusta tanto”, otras porque “eso pega y está de moda y a la gente le gusta y…”
Conclusión, si veo Instagram, Facebook o lo que sea veo siempre lo mismo. Las diferencias las puedo encontrar en las revistas Photograph de Craft & Vision o en los LensWork extended. Pero en lo cotidiano, me cuesta verlo. Y si me limito a fotografía de naturaleza, directamente me duerme. Y si veo lo que yo hago, no es diferente, por ende, algo no está bien.
A esto tendría que sumarle que en los últimos años estuve investigando el poder de la comida sobre las enfermedades, admitir que me gustó más leer sobre verduras y enzimas que sobre longitudes focales y reglas de composición. Que luego de dos años pude bajar en mucho los gastos de comida, más de doce kilos y sentirme mejor. Esto contribuyó mucho a que me mantuviera alejado. No quería taladrarlos con temas alimenticios o de salud cuando ustedes habían llegado al blog por otra cosa.
Les cuento que tengo muchos amigos fotógrafos. La mayoría, tiene un trabajo fijo, con horario, que le da el sustento diario. En esos casos la fotografía queda, entonces, como hobbie o como sueño, como excusa para hacer un viaje o como salida de fin de semana. Y eso, es muy diferente cuando la fotografía es tan parte de tu vida como la comida, el descanso, el jardín o la montaña. Porque así como suena idílico por un lado, nunca se va del todo ni está del todo. Siempre hay una conjunción de vida diaria y de la concentración absoluta en el retoque tengo que salir corriendo a rescatar una perra que quedó enredada en el alambrado o terminar de lavar la juguera que la nena me dejó por la mitad y para eso poner todo en el lavavajillas y que cuando lo prendo me da error y cuando decido dejarlo para después me inunda toda la cocina (eso es lo que está pasando ahora mientras yo escribo, intentando tomar envió para enfrentarme con eso).
Estos últimos años muchas personas me aconsejaron cómo seguir, qué hacer, cuál era el camino para que me fuera mejor comercialmente. Agradezco muchísimo muchísimo cada palabra y esfuerzo. Creo que las ideas y las intenciones eran buenísimas, ya fuera el nombre de la página para un mercado internacional, como ideas para muestras, exposiciones, salones, ventas, concursos. Las muestras de ánimo que me dieron otras personas al verme cavilando o hurgando y no en mi mejor momento también llegaron. Agradezco hasta el infinito cada palabra, cada abrazo, cada ánimo. Seguí trabajando con tracción a “miedo a cagarla” por un par de años, es decir, seguir publicando sin estar convencido, seguir viendo Facebook sin tener ganas o Instagram también. Y, desde ya, la cagué si lo veo desde cierto punto de vista. Pero el errorazo que me mandé y finalmente pude entender, es que no tiene sentido hacer fotografías por que “hay” que hacerlas, o publicar una entrada en el blog porque hace mucho que no escribo, subir una foto a Facebook para que no me olviden o a Instagram para llenarme de seguidores. Dejemos el comercio para los comerciantes. No sé cómo arreglaré mis cuentas pero por lo pronto, lo peor que puedo hacer es dejar de ser yo. Si, lo siento, si no siento mi nombre no soy yo, si no tengo ganas de fotear un cóndor apareándose con una liebre no tengo que fotearlo, por más raro que sea. Si no quiero escribir consejos para fotógrafos principiantes tampoco tengo que hacerlo. Porque ahí es donde pierdo mi esencia. Y no soy mucho más que eso.
Por eso, como mi vida no es Reflejos del bosque solamente, como mi vida no son los Susurros del bosque o este otro blog, así como mi vida no son sólo los paisajes patagónicos ni las alucinantes caminatas en la montaña, tampoco consta solamente de viajes ni trata solamente de mis amores, tampoco mi vida es sólo crudivegana o flexivegetariana, mi vida es más que diez minutos intentando meditar, una hora y media en bicicleta o querer acordarme algún movimiento de tai-chi. Tampoco soy solamente un diseñador gráfico ni un fotógrafo, no soy sólo un escritor, un aprendiz de electricista, tampoco soy un cacho carpintero ni jardinero. No tengo la menor ni más mínima idea porque por momentos prefiero escribir, otros prefiero fotografiar paisajes, otros flores y otros nada. Por qué a veces quiero hacer cosas que luego no quiero hacer más. Es por eso que luego de cavilar mucho y saber que me la mandé por un tiempo, volví a cambiar la dirección de mi website. Ya no será Patagonia-argentina.photo así como tampoco será solamente reflejosdelbosque.com.ar (aunque puede que por un tiempo quede este nombre para lo comercial). A partir de ahora será leoridano.com. Es decir. Yo. O más bien yo.com. Por ahora seguirá con fotografía y palabras, pero no sé hacia dónde irá al final.
Porque eso, lo dejo para otro momento.
PD: hasta ahora hay solo nombre, no hay logo, imagen ni nada parecido. Eso lo dejo para cuando tenga un minuto para ponerme a diseñar.
por Leo F. Ridano en Leo F. Ridano https://ift.tt/2NVFKhM
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