Sombras.

Estaba subiendo esta fotografía para publicar, cuando sentí que no estaba lista aún. A pesar que la había terminado de preparar el jueves pasado.

Volví a mirarla intentando comprender qué pasaba y aunque a primera vista parece estar bien, entendí que algunas sombras que creí haber revisado y corregido con cuidado, no estaban resueltas del todo aún. Me enfrenté con ellas, y no tardé mucho tiempo para encontrarme sumergido, ensimismado, retocando e intentando lograr que cada sombra fuera perfecta. Comprendí entonces que, por más que lo intentara con todo mi ser, siempre quedarían oscuridades que no podré corregir como me gustaría.

Así que luego de tratarlas lo mejor posible y sin olvidarme de ellas ni ignorarlas, preferí concentrar mi atención en las luces, en la parte más clara, que es la que cuenta, la que describe, la que da vida y lleva la historia adelante.

Todavía dolorido por el peso de la mochila del viernes y con el ánimo en sube y baja vaya uno a saber por qué, comprendí que seguimos teniendo demasiadas sombras para retocar y que en vez de enterrarnos en ellas, todo el día, investigándolas, reconociéndolas y trayéndolas una y otra vez, mejor intentamos resolverlas una a una, lentamente, como podamos. Pero recordando que lo importante es que nos dediquemos a las luces, a encontrar y resaltar los brillos que cuentan la historia, que le dan sentido y que guían nuestros pasos durante todo el recorrido.


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